San Diego se caracteriza por ser una zona donde los letreros “se venden” abundan, además tener un público que sabe lo que busca, ya sea libros, repuestos de bicicleta, juguetes de segunda mano, peluches y artículos de computación. Encontramos variados restaurantes, templos evangélicos y el Mall Chino, santuario de muchas personas quienes llegan ahí para comprar los más variados objetos.
En el recorrido lo primero que vemos caminando desde Alameda sur es la casa central de la Universidad de Chile y a su lado el Instituto Nacional, uno de los colegios emblemáticos de Santiago. Avanzando nos encontramos con el Mall Chino y los múltiples locales que venden desde repuestos de celulares, relojes, hasta objetos tecnológicos y ropa. Dirigiéndonos a dirección Santa Isabel divisamos los negocios y antiguas galerías, además del Teatro Cariola.
Los juegos Diana han marcado San Diego, estando allí desde sus inicios. Han logrado que las visitas de los clientes se transformen en salidas familiares, acudiendo niños a jugar en los flippers o subirse en el barco pirata, una parada obligada si visitamos este barrio.
El flujo de personas que transitan por la calle ha disminuido según los comerciantes, debido a la delincuencia que se ha incrementado en este último tiempo. A diferencia de otros años, la gente que hoy circula por la veredas lo hace de manera rápida sin detenerse a observar su alrededor, los locales y los productos que estos ofrecen, su único objetivo es llegar pronto a la calle Libertador Bernardo O'higgins. Si bien con los nuevos departamentos que se encuentran en cada esquina a lo largo de San Diego a aumentando el transito de las personas, las ventas siguen disminuyendo.
Los comerciantes de libros ubicados entre San Diego y Santa Isabel están pronto a cambiarse a locales provisorios, ya que se espera que a fines de este año comience a cumplirse el proyecto de modernizar y crear nuevos locales, más cómodos y mejores tanto para los vendedores como los compradores.
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